La primera vez que los españoles divisaron el Valle de Aburrá fue en 1541, cuando el oficial Jerónimo Luis Tejelo llegó hasta aquí por órdenes del mariscal Jorge Robledo, quien después fundó Santa Fe de Antioquia. Dado que no había oro ni plata, los españoles no prestaron mucha atención al valle y se fueron en medio del rechazo de los indígenas yamesíes, niquías, nutabes y aburraes, que, según las crónicas, habitaban lo que es hoy Medellín.
En 1616, el oidor y visitador Francisco de Herrera Campuzano redujo indios de varios lugares de la provincia de Antioquia, trajo algunos al Valle de Aburrá y fundó el pueblo de San Lorenzo de Aburrá, en lo que hoy es el barrio El Poblado, que no puede ser considerado como el origen de Medellín.
Los habitantes del valle, dedicados a labores agrícolas y ganaderas, conformaron una dinámica colonia; el poblado de San Lorenzo decayó rápidamente, en tanto que, en el resto del valle, sus habitantes se agruparon en varios sitios. Uno de ellos fue Aná, ubicado cerca al actual Centro Administrativo La Alpujarra. Ya en 1660, la villa contaba con una iglesia, una precaria traza urbana y una singular importancia.
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